DETRÁS DE UN PENSAMIENTO DESHILADO
viernes, 1 de julio de 2011
ESCUDO
No hubo más un afuera o un adentro, estaba muerto.
Y el alba se llovió de aire.
Yo arrastraba mi cadáver. Sentí al otoño entrarme como un corazón ajeno.
Dolía tu recuerdo en el viento.
...Algo se caía: eran silencios llenos de grito.
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