miércoles, 14 de diciembre de 2011

EL AZUL QUE CRECIÓ CON LOS MUERTOS EN UN ECO

Un ángel no recordaba el color del cielo. Pero la atmósfera era la infancia muerta de Dios.
Hay un pajaro sobado en el perfume de su sangre.
El amor se viste de féretro...
Y llora sobre una fiesta.