La vida le lloraba, envasada en el cerebro. El amor era un círculo lechoso donde ella podía huirse. Su memoria flotaba, partida hasta los huesos.
- Solonia, las palabras no saben que hay sol... muchas nacen o mueren en algún pensamiento que nunca se escribe.
Entonces, una Diosa introdujo chocolate en las venas de un hombre que había descubierto el color de la soledad.
- Solonia, las palabras no saben que hay sol... muchas nacen o mueren en algún pensamiento que nunca se escribe.
Entonces, una Diosa introdujo chocolate en las venas de un hombre que había descubierto el color de la soledad.