El amor llenaba sus vasos con lluvia fresca. La vida estaba vacía y arpones erizados reposaban en el vapor lejano de la ternura.
- Quiero sepultarme en tu carne cuando me muera....
Pero su cabeza estaba lejos. Recortada en la pulpa del alma. Entonces ella extendió su sombra afilada en el vientre de un sueño mal construido.
Y las lágrimas corrieron sus visillos para recoger una luz de leche desnuda.