miércoles, 14 de noviembre de 2012

EL SITIO DONDE EL SONIDO DEL ALMA ESCONDÍA BAILARINAS EN UNA LUNA DE ALGODONES NEGROS.

Estaba besando el beso. Y subía y bajaba en el esmalte sobre un tejido de dentaduras.
- Tus palabras no se descomponen si apagas tu boca, si le alzas el vestido a mis labios...
Yo descendía a sus entradas, despacito. Pegaba mi lleno del alma humedeciendo los patios de su rostro.
- Ahora cúbreme de voz...
Entonces, acosé su afecto en la niebla madura de un cuello dulce.