domingo, 3 de febrero de 2013

CUANDO EL OLOR DEL AMOR SE EMPEZÓ A GASTAR EN LA HUMEDAD DE UN ALMA METIDA EN UNA GOTERA.

Llevaba un embalse bajo los senos. Las lágrimas de sus ojos se repartían en la parte pura del abismo que retenían sus pezones.
-Yo sólo traspaso el vacío de mis manos al verme reflejado en tus pechos.
- Poeta, es que mi nada te ama, aunque tu sonrisa sea su huella más estéril. 
¿ Alguna vez ha visto usted sangrar las rodillas de la esperanza ?