La veía lacrada, nubosa. Entró en su cuarto y plegó amor en el único cariño de cristal que despertaba con sus ojos cerrados. En un área de distorsión de tiempo, disminuyeron los ciclos de la materia no física abrazados a la anti-materia física. Las bocas alcanzaron el umbral mojado del aliento al conectar la voz a las frecuencias de nuevos códigos genéticos.
Sólo después, la muerte escupió su pétalo negro sobre el frío de la alegría.
Sólo después, la muerte escupió su pétalo negro sobre el frío de la alegría.