lunes, 4 de noviembre de 2013

LAS LÁGRIMAS QUE AMARRABAN SU VIDA DETRÁS DE LA LLUVIA PARA BESARSE EL CALOR EN SILENCIO.

El ruido que hace tu boca en mis labios nada ebrio, habita un sonido mojado. 
Entonces el amor se pone salino. Me abre los bordes del alma. Come lento de mi aire caliente. Jadea con él sobre la lengua.
¿ Y quién dijo que la música no es el silencio que no sabe llorar?