Una voz y el silencio se miraron a los ojos. La nieve era el único pegamento que podía engomarlos con amor. En las nevazones, ellos recorrían un camino por donde brotaba el agua filtraba desde sus corazones.
- Hoy es la fiesta. ¡ Llevemos nuestro secreto a la sala de embarazo ! Así... mañana... nadie sabrá por donde nos hemos buscado.