De tus ojos a mi mirada hay como un sueño de aguas. Un corazón que te navega hasta el cuello. Y señala las secretas criaturas que callan en tus mejillas. Son ellas mis personalidades, viajeras del pecho a completarse en tus sueños. Son mis resonancias, hechas para arderte en los senos.
Y alínease como un pensamiento de sal en tus pezones.