lunes, 18 de febrero de 2013

EL ALMA QUE SE HIZO MADRE DEL PESO DE LOS MUERTOS AMONTONADO SOBRE LAS HOJAS CAÍDAS A UN COSTADO DE LA LUNA.

Fuí a ocultarme en el lenguaje, y venías desnuda en un pensamiento. El amor apoyó entonces su cabeza entre tus dos senos sin jarrón. Mis manos, acariciaron la pequeña lluvia que se desprendía de tus labios.
"La sombra no muere", escuché murmurar a tu piel.
- Porque el tiempo me gime bajo del llanto...