lunes, 15 de abril de 2013

LOS LABIOS QUE ASESINARON SOBRE MI BOCA LA BRISA CALIENTE QUE LOS VEÍA POSAR DESNUDOS JUNTO LA OPACIDAD DE SU TRISTEZA EN EL RÍO.

Dobló sus dedos con un gesto helado de amor sobre lo más leve de mis recuerdos. Ahí estaba él. Y ella, se escondía como una figurita cerrándose el cerebro con las manos. 
- Mi soledad respira acostada entre las cuatro paredes de la lluvia.
- Y yo estoy tumbado sobre tu sombra. Ella aún usa seudónimos para que no te reconozcan.
De nuevo es de noche. El viento se cuela entre los muros de mi dormitorio. Habla con mis imágenes de papel.
- Media vocablo ha sido sacrificado, Enrique. ¿ Acaso no lo escuchas como inhala dentro de las paredes ?