lunes, 29 de julio de 2013

LA SOLEDAD NOCTURNA DE LA LUZ QUE RECIBÍA LAS CARTAS DE UN MÍSTICO QUE HABÍA METIDO UNA QUEJA EN LA TRISTEZA Y DESPUÉS DESCUBRIÓ QUE SU ALMA ERA UNA FRUTA NEGRA.

En su frente descansa el sabor de mis labios con mucho silencio alrededor.
En sus gestos entro en el viento de su sonrisa al que atravieso como un túnel.
En el amor se mueve nuestra atmósfera. Húmeda, cruza pensamientos incompletos.
Yo quería rozarme en el saber "de que ahora me amas"...
Decir tu nombre sufre esta noche bajo el sol.
Te deseo.
Penetro tu sexo abierto. Y entro, como en la boca de un muerto.