lunes, 2 de diciembre de 2013

EL COMBUSTIBLE DEL ALMA QUE CAYÓ EN LA OQUEDAD DEL OTOÑO DONDE LA MUERTE Y LA MEMORIA SE ACARICIABAN EL SEXO.

Fragmentos de amor lamían la lejanía de su territorio. Ponían sus cuerpos a orillas del mar mientras les estallaban los recuerdos. 
-"Nadar es una forma de abrazarte", decían las distancias.
-"Pero carecemos de conciencia....", murmuraban entonces las olas.
Y sus horas hicieron escala en el olvido.